Amanda Ochoa Hernández. Recital Fin de Carrera, RCSMM (27 de mayo de 2025)
Amanda Ochoa Hernández me ha hecho mirar más allá de la música. He visto fuego, he visto fuerza, ternura, he visto muchísimo amor, la he visto rodeada, arropada y ensalzada, no como una promesa, sino como una realidad. Amanda, hoy he visto poder.
En qué radica ese poder. ¿Han sido las obras, la increíble presencia escénica de Amanda, ha sido el resultado sonoro? ¿Qué ha pasado hoy en el patio de butacas del Auditorio Manuel de Falla del RCSMM? El poder de hoy desde el escenario ha sido una música filtrada desde la más absoluta sinceridad en la interpretación, en la emoción sentida por la intérprete, una música filtrada desde la historia, el pasado y el presente de la violinista. Esa música nos ha llegado a bocajarro cuando se ha puesto de cara al público y hemos visto un empoderamiento casi mitológico.
Obvio que no se me ha pasado el efecto, por eso escribo así y eso quiero, porque aun me emociono, igual que el público que no dejaba de aplaudir, no podíamos parar, alterando el cronograma de los recitales de la tarde. No he sido yo, ha sido la sala.
Las obras interpretadas han sido un Gabriel Fauré, su Sonata nº1 op.13 en La Mayor. La interpretación tanto de Amanda como de su repertorista, Enrique Lapaz, magistral. La obra, pues un Fauré, con su color, sus contrastes, sus melodías amables, su saber estar elegantemente.
Pablo Sarasate ha encendido la llama. Aquí Amanda se ha deshecho del atril y nos ha mirado de frente. Sus Aires Bohemios, op.20 han sido indescriptibles. Me venían imágenes de mujeres de tez curtida caminando contra el viento, sin más armas que su propia fuerza y alzando la cabeza, siempre hacia delante.
Y Astor Piazzolla nos ha ofrecido su lado más gamberro y divertido, con dos de los movimientos de las Estaciones porteñas, arregladas por Desyatnikov, donde se fusionan las estaciones de Vivaldi con el color tangero de Piazzolla. Y ahí, Amanda como directora y solista de un ensemble de cuerda MARAVILLOSO. El amor fluía a raudales. No solo con su hermano, el magnífico chelista Héctor Ochoa, sino con cada uno de los componentes que la ha arropado y ha disfrutado con Amanda, en una interpretación de lujo.
Y así es como yo escribo cuando aun no he guardado el corazón en buen recaudo. Qué le vamos a hacer.
Gracias mi querida Amanda, por este momento musical.