Sesión 10 Estética y Filosofía de la Música II. Clasicismo II
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Obra de Andrea Hauer |
Sesión 10
Llegó
la hora de exponer algunas ideas planteadas por Immanuel Kant (1724-1804) que
sin duda, abrieron la puerta a una concepción del arte antes desconocida. Trabajaremos
desde la interpretación de Julia Manzano en su libro De la estética romántica a la era del impudor (1999).
Kant
tenía plena noción de los conceptos estéticos que se manejaban en su época, y
sirvió de nexo con el pensamiento romántico. Manzano nos propone una pequeña
recopilación del pensamiento de esta segunda mitad del XVIII:
“La estética de la época de la Ilustración
tiene dos ramas, encuadradas dentro de las dos orientaciones filosóficas de
este período, a saber: la del empirismo inglés (Locke. Berkeley Hume) y la del
posracionalismo continental (Rousseau, Leibniz, Wolff). La llamada estética
empirista, de Edmund Burke (1729-1797) daba una explicación psicologicista del
arte. Así, por ejemplo al reflexionar sobre el sentimiento de lo sublime, que
tan extraordinarios desarrollos tuvo en Kant, para él arraiga en el impulso de
conservación del hombre y de la sociedad. Por otra parte, estarían los autores
de la Aufklärung alemana, que
conservan un toque racionalista. Así, Baumgartem (1714-1762) al que se
considera el padre de esta disciplina; pero sobre todo Moisés Mendelssohn
(1729-1786) que introduce la facultad del sentimiento en el campo de la
estética, dirá que el sentimiento es un estado psíquico que permite la
experiencia de lo bello”
Lo
primero que creo que tenemos que tener claro es que para Kant el término
estética hace referencia al conocimiento de los objetos, y aunque más adelante
no sea así, en un principio no hace ninguna referencia a lo bello ni al arte.
No será hasta 1790, con su obra Crítica
del Juicio, cuando haga aparición lo bello, como objeto de dicha crítica.
El
juicio del gusto también aparecerá anteriormente en el ámbito de la moralidad,
cuando habla de nuestra conciencia de finitud al enfrentarnos al sentimiento de
lo sublime al percibir lo desmesurado de la naturaleza. Los románticos
enlazarán con este concepto pero llevándolo al goce supremo, viendo la
naturaleza no como armonía sino como caos, misterio, crueldad.
Kant
define lo sublime como propio de los objetos de la naturaleza carentes de
límite. No tanto como algo de los objetos sino de lo que sentimos como humanos
ante ellos. Así, experimenta:
“Una suspensión momentánea de sus actividades
vitales, seguida de un desbordamiento tanto más fuerte de las mismas” (&27,
28 Crítica del juicio).
Se
da así una mezcla entre la atracción y el rechazo, algo así como un placer
negativo. Pero es importante el paso de sentirse intimidado a verse elevado
hacia la reflexión de su superioridad moral. Es decir, el objeto grandioso remueve
en nosotros una idea de razón, la idea de infinito, sintiéndonos así superiores
al objeto. Pero siempre se dará esta idea, porque es imprescindible que nos
sintamos seguros ante tal objeto de la naturaleza, además de que solo el que
posea cultura podrá experimentar ese sentimiento de lo sublime. Tenemos de
nuevo la relación estética-moral. También unirá lo sublime a lo religioso.
El
concepto de genio ya lo tratamos en Estética y Filosofía de la Música I, aunque
os dejo el texto ya trabajado vayamos al original de Kant, a su & 46 de la Crítica del Juicio.
En
este punto daremos la palabra a Eugenio Trías leyendo la introducción de su
obra La bello y lo siniestro.
En
este texto Trías nos presenta el concepto de asco, único límite que impone Kant
en la experiencia estética y lo que delimita el objeto artístico como tal. Si se da esa sensación, no distinguiremos el
objeto creado del de la naturaleza como tal, y por lo tanto, la experiencia estética
no existiría. Trías utilizará la noción de asco como un concepto integrado en
uno mayor, que será fundamental en la estética del Romanticismo, lo siniestro.
Bibliografía
Bayer, R. (1993). Historia
de la Estética. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Kant, I. (1995). Crítica
del Juicio. Madrid: Espasa Calpe, Colección Austral.
Kant, I. (1999). Lo
bello y lo sublime. Barcelona: Optima.
Manzano, J. (1999). De
la estética romántica a la era del impudor. Barcelona: Horsori.
Valverde, J. M. (2019). Breve
historia y antología de la Estética. Barcelona: Ariel Filosofía.