Sesión 02 Estética y Filosofía de la Música II. Antigüedad Griega II
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Obra de Andrea Hauer |

Sesión 02
Władysław Tatarkiewicz (1886-1980), fue un filósofo polaco
que dedicó su obra a la estética. Utilizaremos su Historia de la Estética, de la que solo le dio tiempo a publicar
los tres primeros tomos, que llegan hasta el año 1700. También escribió un
famosísimo texto titulado Historia de
seis ideas, donde analiza por épocas los siguientes conceptos: arte,
belleza, forma, creatividad, mímesis y experiencia estética. El resto de su
obra es una Historia de la filosofía
en tres volúmenes, Análisis de la
felicidad y sus Memorias, un año
antes de morir.
El primero de los tomos de su Historia de la Estética, lo dedica exclusivamente a la estética
antigua, su nutrida antología de textos nos servirá para hacer muchas de las
lecturas de esta sesión. De forma más resumida en el prólogo de la Historia de seis ideas, nos presenta una
clasificación de términos, que tuvieron su origen en Grecia y que siguen
perdurando hasta hoy en día, y que de alguna forma han guiado las discusiones
sobre estética en todas las épocas. Se trata de las siguientes clasificaciones:
¾
Bien,
belleza y verdad.
¾
Teoría,
acción, creatividad (saber, moralidad, arte)
¾
Lo
que existe por naturaleza, y lo que existe por arte o institución humana.
¾
Conocimiento
mental y sensual
¾
Los
elementos y la forma como los dos factores del ser.
¾ La distinción entre el mundo
y el lenguaje, es decir, los símbolos. La cosa y el nombre.
El curso pasado, trabajamos sobre todo la relación entre
ética y estética y los peligros de la innovación artística para el Estado. Dedicaremos
esta vez las lecturas, no solo a temas musicales sino a temas más globales,
como el concepto de belleza, la experiencia
estética o el arte como copia.
Es muy curioso cómo, la idea de que la belleza para los
griegos estaba ligada ineludiblemente a las matemáticas, a la proporción, se vio
modificada cuando en el siglo XIX se pusieron en serio a medir la arquitectura y
resultó lo siguiente:
A pesar del presunto
intelectualismo idealista de los griegos, resultó que en el arte estaban
dispuestos a sacrificar la exactitud matemática a favor de un engaño placentero
a los ojos (aparte de que, como habremos de considerar en otro momento, tampoco
habían creado un mundo de puras blancuras marmóreas, sino una abigarrada feria
de coloridos chillones). Lo más importante no era la nitidez lógica, sino el
dramatismo escenográfico, ello resulta más notorio si empezamos por considerar
esa arquitectura, no desde la cuenta de sus módulos y dimensiones, sino en su
ordenación de conjunto en perspectiva: la Acrópolis está organizada para
impresionar al que va subiendo a ella, en camino contorneante, no conforme a
una regularización geométrica de los ejes de sus edificios
Así, teniendo en cuenta los diferentes factores de la
experiencia estética, ¿qué grado de sacrificio debemos imponer a nuestros
principios materiales, formales, para conseguir nuestro resultado x, según la
función que imponemos a la obra? Sacrificar la norma para mejorar el resultado.
¿Pero mejorarlo desde qué punto de vista?
Podemos comprobar, con el largo listado de textos
propuestos, que la estética fue crucial y recorrió todos los escritos como
parte integrante de la realidad que intentan desgranar. Valverde nos deja la
siguiente definición de lo estético en Platón:
En el pensamiento
platónico, lo estético no es un aspecto secundario ni un tema periférico, sino
una cuestión esencial. Simplificando hasta la caricatura, podríamos empezar
diciendo que Platón, en sentido positivo, ve el mundo y sus cosas como una obra
de arte, pero, en sentido peyorativo, como un mal retrato de la Verdad divina,
del mundo de las Ideas, con lo que el arte propiamente dicho resulta ser sólo
peor copia de una mala copia. Por otro lado, Platón entiende que la Belleza
visible es el arranque y la primera llamada para ir subiendo desde la hermosura
de los cuerpos a la intuición de la belleza de lo espiritual ¾intelectual
y moral¾ , y,
finalmente, a una unión casi mística con la Belleza suprema, que vendría a ser
como la misma luz divina, sin forma ni concreciones de partes. Quizá, pues, el
pensamiento platónico, en el amanecer del pensamiento occidental, haya dejado
ya lo estético bajo un doble ataque, el más radical posible: en cuanto arte, es
torpe copia de copia, o, como poesía y teatro, perniciosa alienación: en cuanto
Belleza, es evasión hacia un éxtasis donde se borran las formas
Cuando los griegos citaban la belleza como término, la
relacionaban inmediatamente con la belleza del cuerpo humano (principalmente
joven y masculino), no con el Arte. Cuando hablaban de Arte, no hacían
referencia a lo que entendemos en la actualidad, sino a las artes de la palabra
y a las artes de la vista
Con Aristóteles, vemos la contrapartida racionalista al
idealismo platónico. En el XVI se tiene esa necesidad normativa y recurren a la
obra de la Poética, para extraer de
ella, por la autoridad de su autor, una serie de normas, las famosas unidades
de acción, lugar y tiempo. Lo que no había sido más que una simple recomendación,
en busca de intentar renacer la ya denostada tragedia en Grecia, se convirtió
durante siglos en una ley inquebrantable.
Volvemos a encontrarnos una interpretación del pasado que
llega hasta nosotros totalmente tergiversada y adaptada a nuestras estructuras
de pensamiento, de poder…, y todo porque pensaron que estas eran universales y
atemporales, una pena.
De Aristóteles vimos el curso pasado el texto de la Política, analizando el lugar de la
enseñanza de la música en la educación de los jóvenes griegos con todas las
implicaciones que esto conllevaba. Analizaremos en esta ocasión fragmentos de
la Poética, Metafísica, Ética a Nicómaco,
Retórica y Problemata.
Veremos en los textos cómo no busca una Belleza suprema, sin
formas, afirman que busca en lo concreto, los efectos que produce y las
condiciones formales de estos objetos
Contradice a Platón su concepción de que los poetas están
poseídos o endiosados, para él tienen una predisposición natural, fortalecida
por unos hábitos técnicos.
Aristóteles trata la estética desde tres planos:
1º, las condiciones
materiales y sensibles (ritmo, musicalidad y extensión); 2º, el aspecto
representativo y expresivo (la “imitación”, mímesis,
no sólo de acciones, sino aun de afectos y caracteres), y 3º, la trascendencia
moral (cuestión de la “purificación” o “purga” de las pasiones, kátharsis)
Como veremos en los textos propuestos, la imitación es algo
connatural en el hombre, ahora, como científico, se pregunta Valverde,
¿Aristóteles necesita que se dé un parecido con el objeto imitado para sentir
placer? Parece ser que no, una idea que como ya vimos, se repite en Kant, con
el concepto de la belleza libre y más adelante con el arte no figurativo.
Por Nerea Rodríguez para
Estética y Filosofía de la Música II,
RCSMM.
Bibliografía
Comotti, G. (1986). Historia de
la Música I. La Música en la cultura Griega y Romana. Madrid: Turner.
Tatarkiewicz, W. (1987). Historia
de la estética I. La estética antigua. Madrid: Akal.
Tatarkiewicz, W. (1996). Historia de seis ideas. (F. R. Marín, Trad.) Madrid: Tecnos.
Valverde, J. M. (2019). Breve historia y antología de la Estética. Barcelona: Ariel Filosofía.