Sesión 13 Estética y Filosofía de la Música II. Contemporánea I
Obra de Andrea Hauer |
Sesión 13
Comenzaremos esta primera sesión de contemporánea con los
conceptos aportados por Walter Benjamin (1892-1940), filósofo alemán que murió
en la frontera española intentando huir de Europa por su condición de judío.
Hannah Arendt (1906-1975), le dedicará mucha atención a este
filósofo, por uno de esos conceptos que nos interesan: los tiempos de oscuridad
y el privilegio de los parias. No perderemos de vista nuestro objetivo
principal, la reflexión desde el ámbito de la música.
Los parias son aquellos que no pueden participar ni
mostrarse en lo público, en tiempos de oscuridad (totalitarismo). Al estar fuera
del sistema son en realidad los que iluminan una época, con ellos se encuentra
la verdadera humanidad. Según Arendt, Walter Benjamin es uno de estos parias.
Él mismo se autodefine como el “jorobadito”, personaje de un cuento infantil. Para
ilustrar esto musicalmente, tenemos la ópera de Brian Ferneyhough, Shadowtime (2002), sobre la vida de
Benjamin.
Otra imagen fundamental en el pensamiento y vida de Benjamin
es la poética figura del cuadro de Paul Klee (1879-1940) Angelus novus. Adquirió la pintura en 1921 y jamás se desprendió de
él, aun en tiempos de penuria económica. Este ángel, que no tiene forma humana
está por ello inacabado, Benjamin utilizará esta alegoría para habar del
concepto de historia. Si nos fijamos brevemente en lo que considera obra de
arte “aurática”, debe tener: una existencia singular e irrepetible, ser
original o auténtica y perdurar. Estas características están ligadas al tiempo,
y por lo tanto es fundamental hacer una reflexión sobre la historia. Benjamin
critica tanto la idea de progreso como la idea de historia, porque siempre está
contada y condicionada por los vencedores, siempre va a estar impregnada de
cultura (sobre todo burguesa). Benjamin busca una historia que mantenga el aura
de las cosas, para él esto se ha perdido, por eso el hombre contemporáneo esta,
en lo que llama “habitando sin huellas”. La razón por la que esto está
ocurriendo es por los nuevos procesos tecnológicos, las cosas pierden su aura.
Otra de las razones de este pesimismo para con el devenir
del hombre contemporáneo es el exceso de información. Para Benjamin esto supone
una forma más de dominio. Fue muy crítico con el periodismo y en general con
los mass media. Afirma que el
periodismo estaba sustituyendo a la narración, la simple información es transmitida
de tal forma que se genera una ruptura entre el lector y la catástrofe contada,
sin embargo el narrador utiliza una forma de expresión que hace que el oyente,
o lector participe, porque el narrador está también comprometido. Este debe
dejar su huella en la noticia.
Para profundizar sobre el concepto de aura, leeremos algunos
fragmentos del ensayo La obra de arte en
la era de su reproductibilidad técnica. Las ideas principales del ensayo
son: la pérdida del aura, los cambios en la percepción del arte, el paso de una
función ritualista a una función política del arte, la consiguiente
politización del arte, el cambio en la percepción del tiempo y el espacio, la
relación del arte y las masas, el cine, la fotografía y la cinta gramofónica
como ejemplos paradigmático de esta nueva era.
La emancipación del arte de su existencia parasitaria ritual
genera la obligatoriedad de la exhibición. El arte ahora va al encuentro de sus
destinatarios. Desaparece así la posibilidad del arte de ser única,
multiplicándose su presencia. La técnica es parte del problema, pero no el
único, Benjamin analiza el papel de la masa. Las masas siempre reclaman
exhibición, así estrellas de cine o dictadores teniendo los medios a sus pies
se exhiben, pero pierden el aura.
El aura está unido al aquí y al ahora, por eso el teatro
para nuestro autor, siempre estará por encima del cine. Pero fuera de esta
crítica coloca a Chaplin, con un cine crítico y catártico. También defiende a
Brech por su teatro épico y dialéctico, necesarios para la revolución.
Theodor Adorno (1903-1969), amigo íntimo de Benjamin dedicó
muchos textos a la música, su estrecha relación con Alban Berg marcará muchas
de sus reflexiones sobre la nueva música. Adorno nos propone una dialéctica
negativa. Considera que las dialécticas positivas tienen un objetivo final de
progreso, de dominio, quedando así alienado. En esa búsqueda de emancipación y
progreso, el hombre queda siempre esclavizado. Adorno considera que esto ocurre
por nuestra noción de historia. Esta debe construirse y negarse, de ahí el
nombre de su tipo de dialéctica. Según Ferrater Mora:
[…] La dialéctica
negativa excluye toda conceptualización definitiva y tiene en cuenta el
movimiento incesante del pensamiento al que no puede satisfacer ninguna
alternativa. La propia lógica se convierte en lógica dialéctica, donde la
contradicción se hace objetiva. Curiosamente, el ejercicio de la lógica
dialéctica, que salta por encima de toda categorización, lleva a poder comparar
la teoría filosófica impulsada por la dialéctica negativa con una obra de arte
y de su reflexión en la estética filosófica. Sólo así puede hablarse de
realidad social y de su crítica […]
Adorno retomará en su Teoría
estética, muchos de los temas tratados por Benjamin. Afirmará que el arte
no puede darse ajeno a las fuerzas de producción y al espíritu de cada tiempo,
señala además que este arte suele estar en manos de conciencias progresistas.
El arte es un proceso por lo que tanto el arte como el artista son perecederos,
cada época debe estar preparada para entender el arte de sus contemporáneos.
Para él, las obras de arte deben ser autónomas para poder ejercer su importante
función crítica.
Hay un concepto que Adorno utilizará de manera fundamental
en su estética, la disonancia. Manzano dedica un apartado entero a este
concepto, dejamos su texto para lectura y lo utilizaremos para aplicarlo a
nuestro campo de estudio. De hecho Disonancias,
música en el mundo gestionado (1963) es un texto de Adorno que recoge
cuatro ensayos, de los que tomaremos algunas lecturas
¾ Sobre el carácter
fetichista en la música y la regresión del oído.
¾ La música dirigida.
¾ Crítica del “Musikant”
¾
El envejecimiento de la música nueva.
Por Nerea Rodríguez para Estética
y Filosofía de la Música II, RCSMM.
Bibliografía
Adorno, T. (1966). Disonancias, música en el mundo
dirigido. Madrid: RIALP.
Adorno, T. (1966). Filosofía de la nueva música.
Buenos Aires: Sur.
Adorno, T. W. (1990). Alban Berg. Madrid:
Alianza Música.
Adorno, T. W., & Benjamin, W. (1998). Correspondencia
1928-1940. Madrid: Trotta.
Benjamin, W. (2003). La obra de arte en la época de
su reproducción técnica. México: Ítaca.
Ferrater Mora, J. (1994). Diccionario de filosofía
Tomo I A-D. Barcelona: Ariel.
Manzano, J. (1999). De la estética romántica a la
era del impudor. Barcelona: Horsori.
Perniola, M. (2016). La estética contemporánea.
Madrid: La balsa de la Medusa.